Vender es una de las actividades más enriquecedora que una persona puede realizar, curar un dolor, eliminar un pesar a través de un producto o servicio es posiblemente una de las muestras de amor más grandes que pueden existir, pero definitivamente no es una de las más fáciles de lograr con éxito.
Un punto importante para conseguir esa deseada venta — que no solo es la manera con la que te ganas la vida, si no también la forma en la que ayudas a las personas, muchas veces sin que ellas se den cuenta — es el siempre temido, amado y polémico: CIERRE DE VENTAS.
Ya no vendas como en los 80´s
Si eres de la vieja escuela de ventas o estuviste relacionado con ella (ya sabes los tipos de los ochentas que se jactaban de ser el mejor cazador de la jungla de asfalto) sabes que el cierre es esa estocada final que inevitablemente hace que el cliente caiga rendido a tus pies, tras una serie de halagos, persuasiones y maneras de convencer no siempre sinceras.
¿Efectivo?… posiblemente sí, nadie puede negar que mucha gente se hizo millonaria gracias a esos cierres convincentes, pero hablando de ética y sobre todo de generar un impacto positivo en la vida de tus clientes, estos «cierres» no son lo mejor.
Una nueva era para las ventas
Los tiempos han cambiado, la manera de vender y dejar un legado (sí, los vendedores pueden dejar un legado aunque no lo creas) es diferente, no se vende por vender o sólo para ganar dinero, se vende para aportar un bien a las personas, entonces el cierre de ventas se convierte en ese apretón de manos que da inicio a una aventura para tus clientes, una aventura en la que sus sueños se están realizando.
Debemos cambiar la manera de ver los cierres, dejar de verlos como ese último empujón doloroso e inevitable para cerrar la venta y más como algo que llega por consecuencia de nuestro servicio, intentar forzarlo solo hará que no ocurra, tarde o sea incómodo.
Ahora, después de estos párrafos positivos debes pensar que todo se pinta demasiado fácil y mágico y que realmente no es así, posiblemente porque no hemos hablado del punto más importante del cierre y dolor de cabeza de todo vendedor, emprendedor o ejecutivo: Las objeciones.
Algunos las ven como retos, otros como el villano de la película y algunos como una señal de que están ofertando mal su producto o servicio.
Quizás las más comunes sean «está muy caro», «déjame pensarlo», «ahorita vuelvo» o «debo consultarlo con mi pareja», saber qué responder cuando el cliente lanza esas objeciones puede definir el éxito o fracaso de una venta.
De nuevo, y al igual que con los cierres, hay que cambiar la manera en la que percibimos estas «acciones normales» de los clientes o prospectos, dejar de percibirlos como ataques o respuestas sin sentido, y aprender a analizarlos para realmente encontrar lo que la persona nos quiere decir.
Por eso, abrimos por tiempo limitado, el curso Los 3 Cierres que necesita todo vendedor, un curso gratuito en el que capitulo tras capitulo, aprenderás el verdadero significado de las objeciones, en este link podrás inscribirte y hacer que tus cierres realmente inspiren.