Vivimos en una época en la que ahorrar se ha vuelto un proceso bancario, un trámite laboral
e inclusive una opción obligada, atrás quedó el tiempo en que metías tus monedas a un
marranito de cerámica durante todo un año para comprar ese juguete que deseabas.
Poco a poco hemos perdido la ilusión de ahorrar.
Guardamos dinero por obligación, evidentemente no es el caso de todo el mundo,
aún hay gente que ya sea en cochinito, bajo el colchón, o en una cuenta bancaria
guardan una cantidad de su sueldo, de manera espontánea y sin ninguna presión.
Le quitamos el amor al ahorro, piénsalo un poco, cuando guardas dinero, ¿qué es lo
primero que viene a tu cabeza?, ahorrar para una emergencia por si tienes un accidente
o alguno de tus hijos se enferma, y no está mal que guardes dinero con eso en la cabeza,
pero sería mejor que en lugar de prepararnos para una tragedia, por qué no:
Ahorrar para comprar algo que nos haga felices
Seguramente si algo malo ocurre usaremos el dinero sin pensarlo dos veces, pero si en nuestra
mente está el ahorrar como medio para lograr ese viaje a Disneylandia que desde niños
soñamos, para un regalo de cumpleaños o para un par de zapatos que llamó nuestra atención.
Te aseguro que pesará menos juntar el dinero, pues ya no estamos anticipando una desgracia si no preparándonos para recibir amor, diversión o aventura.
También muchos de nosotros hemos perdido la espontaneidad del ahorro, guardamos dinero
tan metódicamente que inclusive lo vamos contando y ya sabemos cuánto tenemos,
inconscientemente eso nos hace ahorrar menos porque perdemos el factor sorpresa que
teníamos, por ejemplo, como cuando éramos pequeños.
¿Recuerdas tu cara cuando eras niño y rompías tu cochinito? la emoción de contar las monedas
sin saber cuánto es hasta que las apilabas y lo descubrías. Sin lugar a dudas, los grandes maestros del ahorro y la
perseverancia son justamente los niños.
Ellos nunca van a ahorrar para usarlo cuando se enfermen o estarán neuróticos haciendo sumas
de cuanto juntarán en un mes o dos, ellos meten monedas cada que pueden y siguen jugando
con la mente en algo que los hará felices como una bicicleta, una muñeca o hasta un regalo para
el día de las madres.
Hablando de niños y dinero, por qué no lees este artículo en el que
te cuento de la importancia de enseñarle a vender a los peques
Así como en Selling Through Service cambias la mentalidad de vendedor, para
que ahorrar sea una actividad realmente redituable, hay que modificar la manera en la
que la percibimos y ejecutamos.
El ahorro en estos tiempos de gurús y expertos de redes sociales se vuelve más angustiante,
¿cuántas veces hemos visto en páginas especializadas, posts de Facebook o hasta programas
de televisión, que la mejor manera de ahorra es no gastar en gustos o pequeños «caprichos»?.
Como si se tratase de una dieta en la que eliminando ciertas cosas obtendremos resultados,
milagrosos, de nuevo le perdemos la espontaneidad al ahorro y lo convertimos en una
obligación, ¿cuántas veces nos han dicho: «dejando de comprar el café diario o no gastando
en tu bebida favorita en la comida, en un año tendrías miles de pesos»?
Seamos realistas, dejando de lado algunos gustos que nos damos, no nos volveremos
millonarios en un año, ese postre después del almuerzo, o ese frappé después de la cena
o esa bolsita de frutos secos, no son la clave de un futuro seguro.
¿Quieres saber qué si lo es? ve este vídeo en el cual hablo al respecto:
El ahorro, cómo todo lo relacionado con el dinero es pura energía, y como toda
energía afecta nuestro estado de animo, por lo que en lugar de verlo como una obligación
o como algo que utilizaremos en caso de una desgracia, debemos darle un lado amable,
para que fluya con naturalidad y realmente funcione.
Cuéntame en los comentarios, qué piensas del ahorro y sobre todo cómo lo conviertes
en tu día a día, ¿crees qué debemos verlo de una manera más amigable, o manejarlo como
algo más metódico y controlado?
Recuerda que si te gustó este articulo no olvides compartirlo en tus redes sociales
o mándaselo a quien creas pueda agregar valor. Gracias por leerme y recuerda que
el ahorro no siempre es cómo lo pintan.